Porco Landrán® es unha marca registrada de productos elaborados con carne de cerdo celta certificada. El cerdo celta es una raza que hasta los años 50 del siglo XX era la habitual en los hogares campesinos de Galicia, pero fue desapareciendo sin pausa hasta hoy, por lo que se encuentra en vías de extinción. Los cerdos celtas tienen una anatomía muy singular: son alargados, con una cabeza muy grande y orejas que les llegan a tapar los ollos. Son también altos y buenos andadores. Otra característica es que tienen un crecimiento más lento que otras razas. Sus singularidades anatómicas y los hábitos de vida hacen que su carne sea muy apreciada en la cocina tradicional gallega, tanto en fresco como para la elaboración de embutidos, jamones y salmuera, pues aportan grasa de muy buena calidad.
La carne y los productos de cerdo celta se fueron haciendo con una posición de prestigio hasta alcanzar un nivel muy próximo al del cerdo ibérico. Sus tres variedades, la santiaguesa, la barcina y la carballina, aportan hoy en día una produción cárnica limitada, pero muy apreciada en el los segmentos de consumo más exigentes. Gracias a una ardua labor de recuperación, liderada por Asoporcel, se consiguió que la cabaña de esta variedad porcina se fuese recuperando, a pesar de que aún se encuentra entre las razas en declive.
La denominación popular de «porco landrán» tiene que ver con otra de sus características peculiares: los hábitos alimentarios y de vida. Esta raza es consumidora de landras (bellotas), igual que su pariente ibérico, aunque en este caso las bellotas son procedentes del roble. Precisamente, la calidad de los productos elaborados con la carne de estos cerdos también radica en el modelo de explotación y en la alimentación.
El cerdo celta se cría en régimen abierto y se alimenta sobre la base de los bosques atlánticos gallegos, principalmente de bellotas, castañas, raíces, hierbas variadas y seres vivos. En las épocas en las que la provisión natural de alimento no cubre las necesidades, la dieta de los animales se complementa con otros productos naturales cultivados como verduras, cereales, patatas… El resultado es un producto de calidad extraordinaria, tanto por el sabor como por el elevado contenido de ácidos grasos insaturados, reconocidos por sus efectos beneficiosos para la salud humana.
Este modelo de crianza también contribuye a fijar población en el territorio y a un cuidado especial de nuestras fragas viejas, pues estos animales desarrollan una labor de limpeza del sotobosque que contribuye a la conservación y extensión de los bosques atlánticos de Galicia.
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